Slurm: la bebida del futuro

30 12 2009

Alberto Peña

Ni Fanta, ni Pepsi, ni siquiera Coca-Cola, en el año 3.000 la gente bebe Slurm como refresco. Pero ¿qué es en realidad esta bebida? En el capítulo “Fry y la fábrica de Slurm” (número 13 de la primera temporada), Matt Groening desvela el origen de este refrescante y adictivo líquido envasado en latas.

Todo comienza cuando en la televisión aparece un anuncio de Slurm Mackenzie, un gusano fiestero con gafas de sol, en el que se anuncia una visita gratuita a la fábrica de Slurm para el que consiga el tapón dorado que incluye una de las latas que están a la venta. Fry, adicto a Slurm, junto con Bender, roban un nuevo aparato del profesor que genera Rayos F y permiten ver el interior de las cosas. Cansados de ir vacilando de allí para acá con el aparato y no encontrar el dichoso tapón deciden desistir y Fry se toma un Slurm para aliviar su sed, con la casualidad de que justo es esa lata la que tiene el tapón dorado, que les hace ganadores. Así, viajan al día siguiente al planeta Slurm, que es como Saturno pero con un anillo publicitario.

A la entrada de la fábrica les recibe otro gusano en traje que será el guía del grupo durante la visita. Dentro, todo es espectacular, un jardín lleno de árboles en los que crecen las latas, un río de Slurm y cantidad de Grunka Lunka (pequeños hombrecillos naranjas que trabajan allí y cantan una extraña canción).

Mientras navegan por el río y reciben las necesarias explicaciones del guía, van viendo el proceso de mezclado de ingredientes, pero no les permiten ver el ingrediente secreto que hace a esta bebida tan deliciosamente adictiva, es más, Fry sigue preguntando por el aliciente y recibe un consejo un tanto amenazador de que cierre la boca. Más adelante se encuentran con el catador de Slurm y Fry no puede resistir la sed y sigue pidiendo una lata, pero de repente llegan a una puerta en la que pone prohibido el paso, y basta con que lo ponga para que se tiren él, Leela y Bender al río y de ahí caigan por un remolino hasta una especia de gruta por donde cae el Slurm del río, que resulta no ser tal, al igual que la fábrica por donde estaban paseando.

Caminando por las grutas y esquivando a los guardias babosos que por allí pasean, encuentran el final de la cadena de montaje y una puerta que les lleva hasta el ansiado ingrediente secreto, en realidad el único ingrediente, baba de una gigantesca y asquerosa babosa reina apostada en mitad de la sala, que les ve e intenta acabar con ellos, pero consiguen escapar gracias a que Bender estira sus brazos extensibles y sortean un escurridizo precipicio, pero de ahí vuelven de nuevo a la sala del gran gusano, donde son apresados y llevados a torturar. Bender se convertirá en latas de Slurm, Leela en una nueva babosa reina para conseguir otro sabor del refresco y Fry podrá irse si se bebe una ración de Slurm concentrado recién salido del trasero del gran gusano. La adicción es tal según lo prueba que, aunque se quedan solos, es incapaz de salvar a sus amigos por seguir bebiendo. Al final consiguen escapar de la sala de tortura y son ayudados por Slurm Mackenzie, qué está arto de el ritmo de vida que lleva dando fiestas cada día y cada noche.

Durante el regreso a casa en la nave, el profesor comunica el descubrimiento a las autoridades, pero es tomado por fantasioso porque Fry, adicto a la bebida verde, consigue que no la retiren del mercado.

Este capítulo parece una crítica a los adulterantes que llevan las bebidas de hoy día para crear adicción en los consumidores y así recaudar más beneficios.