Características distintivas de Los Simpsons

9 02 2010

Es conocida mundialmente la serie de Matt Groening por sus particulares personajes, sus escenas de humor absurdo y sus críticas a la sociedad norteamericana, pero en realidad estos dibujos tienen varias cosas características que no han cambiado a lo largo de las 20 temporadas que acontecen a la familia amarilla.

Escena introductoria

La introducción de cada capítulo no ha cambiado en 19 temporadas, creando una nueva versión para la temporada 20, pero tampoco dista mucho de la clásica. En este fragmento hay dos peculiaridades que si que cambian. La primera es la imagen donde Bart está castigado en la clase escribiendo una y otra vez algo en la pizarra. En cada uno de los capítulos, el joven gamberro de Springfield tiene un castigo distinto y lo que copia en el encerado del aula varía en cada episodio. Incluso existe una página web donde puedes personalizar tu propio texto en la pizarra en la que Bart copia.

La segunda seña de identidad es la sinfonía que toca con su saxofón Lisa cuando aparece junto a su grupo de música en clase, de la que sale entonando una melodía distinta en cada episodio.

La otra distinción es la llegada a casa de los miembros de la familia, en el momento en que Los Simpsons entran en casa y se reúnen en el sofá junto al televisor. Esta escena también cambia cada episodio y la imaginación de los guionistas parece no tener límite, ofreciéndonos cómicas y variadas escenas en el momento de sentarse en el tresillo.

Noche de Brujas

A lo largo de todas las temporadas de la serie, uno de los capítulos está destinado a una temática de terror. Han ido cambiando de nombre a lo largo de las temporadas (Especial Halloween, Noche de Brujas, La Casa-árbol del Terror), pero siempre tienen el mismo esquema y el mismo tema.

Consta de tres episodios cortos, en los que se narra una historia de miedo o se parodia algún thriller de suspense o terror.

Características peculiares de los personajes

Una característica fundamental es la caracterización de los personajes que viven en Springfield. Muchos de ellos poseen un tono distintivo o una coletilla que les hace únicos e inconfundibles.

Por ejemplo, la risa del Dr. Hibbert, los diminutivos de Ned Flanders, el gesto de lamento de Homer D’oh!, la risa de mofa de Nelson, la frase “multiplícate por cero” de Bat, los eructos de Barney…

Llamadas al Bar de Moe

También es algo muy característico, aunque no en todos los episodios sucede, las llamadas de Bart al Bar de Moe para burlarse de él gastándole una broma pesada, haciéndole preguntar por un hipotético cliente que allí se encuentra, y provocando que los presentes se mofen del tabernero.





El viaje interior de Homer

9 01 2010

Alberto Peña

Como no podía ser de otra manera, en la serie Los Simpson también hay lugar para reflexiones y viajes al interior de uno mismo. En el capítulo 8×09 “El misterioso viaje de Homer”, nuestro protagonista se embarca en un mundo de alucinaciones y paranoias que le llevarán a buscar su felicidad interior a través de su alma gemela.

Todo comienza una mañana normal y corriente en la que Marge intenta por todos los medios que su marido no se acuerde ni se de cuenta de que es el día de la Feria de Chili, porque en las anteriores ocasiones ha dejado a su familia en ridículo por haberse puesto ebrio. Homer descubre que es el día por el olor que hay en la calle y se decide a ir, embarcado en sus botas y con su cuchara de madera para probar todo tipo de chili, pero antes de salir le hace a Marge una promesa, no beberá ni gota de alcohol para que no pase lo de años anteriores. Homer se presenta ante los puestos de chili como si fuera un baquero del oeste preparado para un duelo, saca su cuchara y dispone a ir probando cada uno de los diferentes tipos. Uno por uno hunde las esperanzas de sus creadores por no ser demasiado fuerte pero cuando llega al del jefe Wiggun, este le tiene preparada una sorpresa a nuestro intrépido catador. Es solo ponerlo sobre su boca y echa a correr horrorizado por el picor, así que se llena la boca de cera de vela y se decide a repetir ante la atenta mirada de todos, comiéndose cuatro guindillas, que le llevan a una situación de trance y alucinaciones en un mundo surrealista.

Homer empieza a sufrir trastornos visuales como desfiguraciones en la cara de Flanders cuando habla con él, o cuando ve a Nelson, Barney y Edna Krabappel, cuyas caras se alargan y deforman, y los sonidos no se perciben de la misma manera. Sumido en un mundo de alucinaciones, se embarca en una experiencia que le llevará a una lucha consigo mismo. Durante este viaje no deja de estar consciente y sabe lo que hace, pero las cosas que ve, que toca o que oye, las percibe de forma muy diferente. Los colores cambian y las formas se desfiguran, la percepción es distinta a la habitual y su mente no acaba de entenderlo. A partir de aquí ve mariposas gigantes, el cielo es rojizo, se le dilatan las pupilas de forma considerable y un sin fin de alucinaciones que su mente no acaba de procesar. De esta forma no acaba de entender muy bien porque los paisajes varían de tal manera en estas condiciones hasta creer que ha roto el sol, y en ese instante cuando comprende que ha de aprovechar esos momentos de lucidez que tiene y realizar apuntes sensatos en su memoria. De nuevo intenta salir de su locura esclerócica, pero una tortuga le indica el camino que ha de seguir en su lucha mental, así corre y salta como si flotara hasta llegar a una pequeña pirámide pero cuando pretende subirla se hace más y más grande. Al llegar a la cima, encuentra a Marge e intenta explicarle, pero al girar a su alrededor se da cuenta que es otra de sus alucinaciones, ya que esta figura no tiene cara y eso no tiene sentido. Mirando al cielo encuentra un coyote que baja de la Luna para convertirse en su conciencia y aconsejarle sobre lo que debe de hacer. Este es el objetivo de sus visiones que cesan cuando entiende el mensaje que el coyote quiere darle y vuelve al mundo real, despertándose en un campo de golf.

De esta forma Homer asimila lo ocurrido y se pone manos a la obra para encontrar su felicidad a través de su alma gemela, que finalmente y tras muchas dudas resulta ser Marge.

En este episodio encontramos una reflexión sobre uno mismo a través de un viaje espiritual que, aunque tenebroso y sembrado de alucinaciones, es la forma de sentirse bien consigo mismo y con lo demás.





El Bar de Moe

22 12 2009

Alberto Peña

El Bar de Moe es un asqueroso y sucio antro que ha sido y sigue siendo un lugar de culto en la serie Matt Groening. Es raro encontrar algún personaje que no halla pasado por allí, mención aparte de los habituales clientes de Moe, como Homer, Carl y Lenny, Sam y Larry, y como no, Barnie, que es el principal cliente del bar. Muchos años lleva Moe al frente de esta taberna y muchas cosas han visto sus ojos entre esas paredes. Atracos, desmayos, bailes, conciertos, incluso cumpleaños de niños, al igual que muchas son las caras conocidas que han hecho un alto en el camino, para tomar una refrescante Duff apoyados en esa barra.

Pero no siempre ha sido un mugriento tugurio, incluso en un capítulo, llegó a ser un local familiar y cambio su nombre por El Rancho Familiar del Tío Moe, donde se servían comidas y se celebraban cumpleaños, pero Moe no pudo con todo esto y le venía muy grande aquel negocio, por lo que volvió a su cuchitril habitual.

Muchas han sido las caras conocidas que han pasado por allí o han actuado, como U2, Aerosmith, Red Hot Chili Peppers, Stephen Hawking o Jay Leno. Incluso el famoso grupo Solfamidas, integrado por Homer, Apu, Skinner y el propio Moe, nació entre jarras de cerveza y borrachos, llegando a ser número uno durante un tiempo, y dando un concierto conmemorativo en la azotea ante todo el pueblo.

Otro hecho importante que ocurrió en la Taberna de Moe fue la creación del ‘Flameado de Moe‘, que realmente fue una creación de Homer con un jarabe infantil de Bart. El tabernero le robó la receta y ganaba dinero a espuertas con ese cóctel, hasta que Homer apareció entre la multitud desvelando la receta, que en ese momento estaba a punto de vender Moe por un dineral.

Por último hay que remarcar las numerosas e insufribles bromas que se escuchan cuando se descuelga el teléfono. Son todas obras de Bart y consigue siempre hacer que Moe parezca un idiota ante su clientela.

Moe: ¡Taberna de Moe!
Laura (vecina de Bart): Quisiera hablar con la señora Chondo.
Moe: ¿Quién?
Laura: De nombre Estoyca.
Moe: Un momento, voy a ver. (Llamando) Estoyca Chondo. Vamos señora, creo que es por usted, Estoyca Chondo

 

Moe: ¡Taberna de Moe!
Bart: ¿Señor Revés?
Moe: ¿Cómo?
Bart: Revés, de nombre Stal.
Moe: Un momento, (llamando) ¿Stal Revés? ¿Alguno de ustedes está al revés?





Los Ciudadanos de Springfield I

25 11 2009

Ciudadanos de Springfield

 

Alberto Peña

La ciudad de Springfield alberga, aparte de a la familia Simpson, a numerosos y característicos personajes habituales en los capítulos de la serie. Muchos de ellos encarnan el estereotipo que la sociedad tiene de ciertos trabajadores o clases sociales.

Apu Nahasapeemapetilon: es un inmigrante indio integrado en la sociedad. Cumple el estereotipo de inmigrante estadounidense que abre una tienda Supermarket, en el caso de la serie, el Badulake. Está casado con una joven india guapa y atractiva que sus padres determinaron como su esposa cuando ella apenas era una niña.

Clancy Wiggum: es el jefe de policía de Springfield. Encarna al típico policía estadounidense torpe y que apenas hace otra cosa que alimentarse a base de donuts. Son muchas las veces que, al intentar resolver un caso junto a sus dos ayudantes Eddie y Lou, no acaban metidos en un farragoso estropicio.

Moe Szyslak: como no podía ser de otro modo, alguien tiene que servirle las cervezas a Homer y a los demás borrachos de la ciudad. Ese es el papel que desempeña Moe en la serie. Amigo de Homer, es un sucio tabernero solitario, que emborracha a sus clientes y luego los trata como si fueran ratas.

Barney Gumble: es el borracho del pueblo y no pasa un día sin que no pise el Bar de Moe. A su taburete no le da tiempo a coger polvo, ya que pasa más tiempo sentado en él que otro sitio. Siempre borracho, muchas veces aconseja a Homer en sus conversaciones el la tasca.

Reverendo Lovejoy: entregado a Dios, es el sacerdote de la ciudad e imparte misa cada domingo en su iglesia cristiana. Enamorado de las maquetas de trenes y algo aprovechado de la fe para recaudar, vive junto a su esposa Helen Lovejoy, una mujer que predica la fe de su marido pero en realidad es una arpía cotilla que se regodea en el mal de los demás.

La Familia Flanders: son los vecinos de los Simpson. Encabezada por Ned, un correctísimo hombre de fe que antepone a Dios sobre todas las cosas y que no es capaz de soltar ninguna palabra soez o malsonante. Se cuida mucho y tiene un cuerpo digno de gimnasio, pero incapaz de besar a otra mujer. No infringe ningún mandamiento de la Biblia por represalias de su Dios. Homer se aprovecha continuamente de él, pidiéndole cosas prestadas que nunca le devuelve. Maude es una culta y educada ama de casa que practica el cristianismo al igual que toda su familia, y se dedica a cuidar de sus hijos, Rod y Todd, que son dos críos religiosos que no se salen de las pautas que marca la Biblia y su padre. Siempre se ha rumoreado en el pueblo que son un poco afeminados, algo que se corrobora en una de los capítulos donde se ve el futuro y definitivamente han salido del armario.