Simpson y Griffing, ¿una familia real?

30 06 2010

Un cabeza de familia, una mujer que ejerce de ama de casa, tres hijos, un chico, una chica y un bebé, una mascota, e incluso el abuelo. Después de una ardua investigación se puede concretar que éste parece ser el estereotipo de familia estadounidense de los años 90’, algo que ha quedado patente en la televisión gracias a cabezas pensantes como la de Matt Groening o Seth MacFarlane, creadores de dos de las series de entretenimiento más famosas en la historia reciente de los dibujos animados. Seguramente caigan en la cuenta de que nos referimos a Los Simpson y Padre de Familia (Family Guy). Estas dos series, la familia amarilla más veterana que la Griffin, copan las pantallas de los televisores en todo el mundo, ofreciendo un modelo de familia algo peculiar a la vista de sus capítulos, pero después de comprobarlo, se puede asegurar que no distan mucho de la realidad, aunque en estos tiempos en los que vivimos hallan cambiando un poco.

Teniendo en cuenta la edad de cada serie, Los Simpson son el punto de partida. Una familia un tanto excéntrica, formada por Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie. Junto a ellos se encuentran dos mascotas, Pequeño ayudante de Santa Claus y Bola de nieve II, el perro y el gato de la familia, aunque en algún capítulo, el can fuera sustituido por otro con mejores cualidades. En el caso de la familia Griffin, se compone de Peter, Lois, Chris, Meg y Stewie, a los que acompaña también su mascota, Brian, aunque en realidad no ejerza como tal, ya que tiene ademanes de ser humano más que de perro. Cada uno de los miembros goza de unas peculiares características que entrañan su personalidad y son las causas de sus actos.

El padre, Homer, es un auténtico holgazán que trabaja “duramente” en la Central Nuclear de la ciudad para mantener a su familia, pero en cuanto suena la bocina, se convierte en un borracho vago e inculto que gasta las horas muertas en el Bar de Moe junto a sus amigotes, en lugar de acudir a su hogar y  disfrutar de su familia. En el otro caso, Peter, prácticamente es un calco de Homer, trabaja por las mañanas y en cuanto tiene tiempo libre se incrusta en el sofá a beber cerveza y ver la tele, o se va al bar, La Almeja Borracha, a desvariar con sus vecinos a la vez que amigos. Parece algo exagerado y una falta de respeto hacia los padres ejemplares decir que es la clara imagen de la realidad, pero tampoco es que sea una imagen antagónica.

Parece que la imagen de la serie americana es un estereotipo de una familia de clase media, con un padre trabajador, un ama de casa, dos o tres hijos y una mascota, salvado las diferencias, claro está, con el humor absurdo aunque locuaz, la crítica feroz a la vez que real, la risa absurda y brillante, o la sátira ironizada que el autor o autores ofrecen en sus creaciones.

En el caso de la mujer, Marge en el caso de los Simpson y Lois en la familia Griffin, la imagen que de ellas se dan es de ama de casa, sin trabajo, que cuida de la casa y de los críos, y da un punto de cordura a la locura de su marido. También tiene un cierto toque sensual y atractivo, haciendo ver que el amor es ciego en algunos casos, o en la mayoría. El estereotipo de ama de casa que se observa en las animaciones no casa con el actual tipo de mujer trabajadora que tenemos en la actualidad.

Visto lo visto, parece que Matt Groening debe renovar sus personajes, pero viendo capítulos, existe uno en el que Marge tiene un empleo y es muy buena en eso. Por lo tanto parece que las mujeres tienen que avanzar en el tiempo en Springfield y adaptarse a la vida moderna. La realidad es que cada vez más mujeres se salen del tópico que marca este estereotipo, por lo tanto guarda relación con la realidad en el caso del cuidado de los hijos y de ser la luz que guía a la familia, pero el ser ama de casa es algo del pasado, de la época en que se creó la serie, y no estaría de más que Lois y Marge empiecen a repartir currículos.

Los hijos de ambas familias son casos diferentes. Los Simpson tienen un hijo, Bart, rebelde y travieso, que no da palo al agua en el colegio y que termina una gamberrada para pensar otra. Por otro lado está Lisa, lo contrario a su hermano, una niña estudiosa y educada, hasta punto de llegar a ser un poco repelente. La última en discordia es Maggie, pero de ella poco podemos decir salvo que no se quita el chupete y que lleva 20 años, los mismos que la serie tiene, para decir su primera palabra.

Los Griffin tienen también tres hijos. Meg, es una adolescente que tiene problemas para relacionarse en el instituto y no es que goce de un cuerpo escultural ni sea reconocida por el resto como popular, más bien todo lo contrario. Chris es un joven tranquilo que apenas tiene relación con más chicos de su edad, por lo que es algo tímido. Por último está Stewie, el bebé de la familia, de quien se puede hacer tesis si analizas su personalidad, pero en síntesis es un bebé rebelde que ya sabe hablar y que no para de trastear sin separarse de su oso de peluche.

Ambas dos, estas familias suponen la representación, algo distorsionada, del ritmo de vida de la sociedad media. Pero no solo existen estos personajes. Cada una de las dos series, tiene una maraña de personajes secundarios que se relacionan entre ellos y con los protagonistas. Los escenarios cambian y los comportamientos también, la realidad se parece por momentos a la ficción y viceversa. Las situaciones que se dan en la vida real, algunas, y otras, son tan disparatadas que tan sólo la mente de un genio podría darles cabida.

Después de todo, ambas creaciones son dibujos animados y no olvidemos que están hechos para los más pequeños, y que su relación con los dibujos es más fuerte que la que ven sus padres. Parece ser que los niños adoran a los personajes más pequeños de la serie y se identifican en ocasiones con ellos como acabamos de ver.

Por lo tanto las familias de hoy día difieren un poco de la imagen televisiva de las series americanas pero en esencia, el transcurso de los días parece no ser tan distinto de la realidad en las familias de nuestro país. Dejando atrás el humor absurdo y la crítica que entrañan las series parece que el núcleo familiar de Springfield y Quahog representa una familia normal y corriente, que goza de su día a día como buenamente puede, con sus pros y contras, con lo bueno y con lo malo, viviendo en su mundo fantástico y divirtiéndonos desde sus casas con sus aventuras y trasiegos, en los que a veces, más que menos, nos identificamos con ellos.





Polémico viaje a Brasil

3 02 2010

En el capítulo 15 de la decimotercera temporada de la serie (13×15, “La culpa es de Lisa”), la familia amarilla viaja a Brasil, en un episodio muy criticado por la imagen de delincuencia y pobreza que Matt Groening da de las ciudades cariocas. Causó un revuelo impresionante e incluso está censurado en muchas webs, debido a la polémica que causó su emisión.

El capítulo comienza con una factura telefónica que contiene una llamada a Brasil por valor de 400$ que supuestamente nadie ha hecho. Cuando Lisa tiene el valor de decir que ha sido ella, explica a la familia que tiene apadrinado a un niño brasileño, Ronaldo, al que manda dinero para que consiga un mejor nivel de vida. Después de ver como los monos atacan al pequeño brasileño, Los Simpsons viajan a Brasil para encontrarle.

A partir de aquí, los estereotipos brasileños según el punto de vista del autor, son claramente distintivos. Como no podría ser de otro modo la primera imagen de Brasil es el Cristo del Corcovado en lo alto del cerro. Durante el vuelo, Lisa lee unos consejos para que no tengan problemas en la ciudad, y uno de ellos es no montar en taxis sin licencia, haciendo una crítica de los taxis ilegales existentes en el país.

En cuanto llegan al hotel, una parodia de la cultura futbolística de Brasil da la bienvenida en el hall, con unos botones que hacen virguerías con las maletas a base de toques.

Las favelas brasileñas son uno de los temas más candentes de este episodio, en las que aparece una imagen de pobreza camuflada por colores llamativos para no alarmar a los turistas. Incluso las ratas que aparecen están coloreadas.

Pero no todas las imágenes que aparecen son críticas, algunas parodias graciosas de detalles culturales y característicos se entremezclan, dando un toque humorístico a famosas zonas brasileñas. Así ocurre con la playa de Copacabana, plagada de esculturales cuerpos y con uso obligado de bañador corto, donde Homer causa pavor al mostrar sus carnes. También las famosas compañías de samba alegran la vista a turistas y residentes con sus bailes sensuales y su peculiar ritmo.

Pero la delincuencia y los robos, junto con la pobreza quedan patentes en una escena en que Homer y Bart van a un puesto de bebida. Las calles son de arena y barro, y los niños corren descalzos mientras se descuidan a robar a los turistas en el primer descuido.

Cuando el padre y el hijo siguen buscando al joven Ronaldo, toman un taxi sin licencia, que ofrece una crítica a los secuestros express, de mano del taxista, que rapta a Homer y lo llevan a través del Amazonas en lancha hasta su escondite. Durante esta travesía, Matt Groening introduce sutilmente una crítica a la tala masiva de árboles en la selva. Cuando la familia se entera del secuestro intentan juntar 50.000$ como rescate pero después de numerosas llamadas no consiguen más que 1.200$. El resto de la familia Simpson sale a la calle y se ve sorprendida por una carroza de carnaval, donde casualmente está Ronaldo, que actúa como personaje secundario en un programa infantil de la TV. Él les da el dinero que falta de lo que ha ganado trabajando y se disponen a entregar el rescate en un teleférico de las montañas. Durante el intercambio, Homer desarrolla un episodio de síndrome de Estocolmo en relación a sus secuestradores, y elabora un álbum de fotos con los mejores momentos de su secuestro. Curiosa parodia de un tema tan serio por parte de los guionistas.

Claro está que la imagen que el autor de Los Simpsons ofrece de la ciudad carioca dista de la realidad, pero no debe estar tan distorsionada cuando causo tanto revuelo y escozor entre los dirigentes brasileños, que rápidamente criticaron la serie de la Fox como ofensiva y denigrante para su cultura.





Jugar a ser Dios

1 02 2010

Matt Groening parece tener cierto interés en la creación de una civilización y tanto en Los Simpsons como en Futurama ofrece su particular versión de un pequeño mundo creado por alguno de los protagonistas de las series.

Los Simpsons

En el caso de la familia amarilla, es Lisa quien consigue crear su propio mundo en el interior de un bol de desayuno poniendo un diente en su interior en uno de los capítulos de La Casa-árbol del Terror. Gracias a una descarga de energía estática de Bart en el bol resulta que de un día para otro nacen unos pequeños seres dentro de éste. A largo de los días se puede ver como estos pequeños individuos van pasando por el proceso de evolución que el hombre siguió desde la prehistoria, hasta llegar a un mundo futurista. Estos seres adulan a Lisa como ser superior y temen al “maligno” Bart, que intenta por todos los medios estropear el proyecto de ciencias de su hermana, aplastado las construcciones y al gentío de dentro del recipiente. Lisa acaba siendo reducida a tamaño diminuto e introducida a través de un rayo laser al interior del tazón donde es venerada por los hombrecillos, que no acaban de entender su forma de hacerles sufrir permitiendo que Bart cause el mal que causa.

Futurama

En la serie del año 3.000 es Bender, que después de ser expulsado al espacio exterior en el capítulo “Un Dios entre nosotros” (3×20), vaga por el cosmos sin rumbo, hasta que al cruzar un campo de asteroides una pequeña roca queda alojada sobre su metálica tripa. A raíz de esto Bender comienza su historia como Dios de una pequeña civilización que comienza a vivir sobre su regazo. En este caso, los pequeños individuos veneran al robot y le piden ayuda y consejo en las situaciones difíciles, pero Bender no parece estar preparado para ser Dios y, cada vez que intenta ayudar a los hombrecillos crea una catástrofe que asola las tierras de los individuos, como inundaciones o tremendos incendios. Por esto, el gran Dios robot decide que lo mejor es no intervenir en el desarrollo y que ellos mismos aprendan a solucionar sus problemas. En su trasero se crea otro pequeño poblado de no creyentes que atenta con bombardeos sobre los creyentes de la tripa, los cuales lanzan un ataque nuclear utilizando la batería de Bender como respuesta a los bombardeos y arrasan totalmente cualquier signo de vida sobre el metálico cuerpo de nuestro protagonista.

El primero de estos capítulos supone una crítica sobre las intenciones de cualquier tipo de ser superior, que deja a la deriva del bien y el mal a sus creyentes. La idea de que existe alguien que nos cuida se contrapone con la idea de que este nos protege del algún otro ser malvado. En el segundo caso, el episodio me sugiere que como decía Thomas Hobbes, “el hombre es un lobo para el hombre”, es decir, el hombre necesita de alguien que organice, mande y marque lo que está bien o mal para no acabar siendo él propio artífice de su destrucción.





The Simpsons MOVIE

30 01 2010

Muchos años hacía que los personajes amarillos copaban las pantallas de nuestros televisores, pero se estaba haciendo esperar su salto a la gran pantalla desde mucho tiempo atrás. Y es que de que Los Simpsons como serie tenían un éxito rotundo, pero había muchas dudas de si su salto al cine sería gratificante y satisfactorio. Los capítulos de algo menos de media hora eran la dosis adecuada para el público de ese humor absurdo y sarcástico de Matt Groening, pero un film de más de una hora, necesitaba un jugoso guión para no resultar cargante y aburrida.

La idea estaba pensada desde el comienzo de los episodios, pero después de muchas temporadas y de un éxito sin precedentes en la pequeña pantalla a nivel mundial, en 2001 empezó a tomar forma la idea. Creada por Matt Groening, junto a todo su elenco de guionistas y productores, y producida por 20th Century Fox, solo necesitaba la presencia de David Silverman para ser dirigida.

Y no fue hasta abril de 2006, cuando la productora anunció la existencia de The Simpsons Movie, «Los Simpsons, La pélicula» en España, y la fecha de estreno, el cual tardaría más de un año en llegar. La esperada fecha estaba establecida para el 27 de julio de 2007. Desde entonces y hasta el estreno, un secretismo enmascaraba la trama de Los Simpsons, la película. La Fox organizó un concurso entre todas las ciudades que se llaman Springfield en EEUU para ver cual sería la afortunada que acogería el gran estreno. Después de unas igualadas votaciones, Springfield de Vermont sería la sede del estreno oficial del film.

Una gran maraña de eventos publicitarios y de marketing se empezaron a elaborar para promocionar el salto de la familia amarilla al cine. 7 Eleven cambió durante un tiempo su nombre por el de Kwik-E-MART, como el Badulake de Apu, donde se vendían productos que salían en la serie. EA Games comenzó la elaboración del juego de la película de Los Simpsons. Homer apareció interpretando un monólogo en el show de Jay Leno. Burguer King también participó en la compaña propagandística y sus ventas se multiplicaron. Y así, un numeroso número de empresas cambiaron su temática habitual por la de Los Simpsons.

El día del estreno en EEUU, en la ciudad de Springfield, la alfombra que acogía a los invitados se tiñó por primera vez de amarillo y, a raíz de aquí, todos los estrenos a nivel mundial comenzaron a ser un éxito total. La afluencia de gente a las salas de cine para ver a Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie fue brutal.

¿Y de qué trata? Como es una creación digna de ver, diré que los temas más importantes que parodia y crítica el autor son el cambio climático y los problemas del medio ambiente, y la religión. Hay innumerables referencias culturales de carácter humorístico y, según declaró unos de los productores, Al Jean, la moraleja de la historia es que un hombre debe escuchar a su mujer.

Por último, decir que la acogida por parte de la crítica fue buena en casi todos los países, y que el éxito que supuso, llevó a esta creación cinematográfica a ganar varios premios de considerable reputación.